Qué es la oruga procesionaria del pino

La oruga procesionaria, cuyo nombre científico es Thaumatopea pytocampa, es considerada una plaga emergente en los países mediterráneos que afecta al pino, roble o cedro, entre otros árboles, siendo una causa frecuente de consulta en las clínicas veterinarias una vez iniciada la primavera.

En Hospital Veterinario Tres Cantos 24 horas, centro veterinario de Urgencias y Referencia en Madrid, tenemos un equipo de especialistas que se ha enfrentado en múltiples ocasiones a los efectos de este peligroso insecto.

Es por eso que en este artículo os contaremos todo sobre ella para que podáis evitar que vuestra mascota entre en contacto con esta oruga y poder actuar de forma adecuada en caso de que esto pase.

 

Ciclo biológico de la oruga procesionaria del pino

El insecto está activo solo durante las épocas más frías del año, pasando los meses cálidos de verano como una mariposa (polilla) enterrada en el suelo.

El ciclo biológico comienza al final del verano, cuando las mariposas comienzan a emerger del suelo, se aparean y depositan los huevos en las copas de los pinos. A las cuatro semanas de la puesta, salen las orugas que afrontarán cuatro fases evolutivas, entre las cuales, destacan la fase 2 y 3:

  • Larva en fase 2: adquiere su aspecto definitivo, confiriéndole la capacidad urticante tras desarrollar los pelos urticantes del dorso de coloración rojizo.
  • Larva en fase 3: caracterizada por la construcción del nido en invierno, en forma de “bolsa de seda” en las copas de los árboles, pudiendo alojar centenares de orugas.

En esta fase, las orugas, se desplazan lo mínimo imprescindible, sobre todo después del atardecer, para alimentarse de las hojas de los pinos, regresando a su nido al amanecer.

 

Con la llegada de la primavera estas orugas migran en busca de un lugar donde enterrarse y formar crisálidas

 

El momento fundamental del ciclo es al final del invierno e inicio de la primavera, ya que, con la subida ligera de la temperatura, se estimula el “reflejo de enterramiento” provocando que las orugas bajen al suelo. Migran en procesión (de ahí su nombre), unidas de cabeza a cola, guiadas por una hembra buscando un sitio ideal para enterrarse y formar las crisálidas

Es vital evitar el contacto con los pelos de la oruga

Este es el momento más peligroso, en el cual nuestras mascotas, los dueños y los niños, entran en contacto con la hilera de procesionaria, con los pelos urticantes diseminados en el entorno o transportados por el viento.

La toxina liberada de los pelos, clavados en las zonas de contacto o por rotura de los mismos, se llama taumatopenia y produce la liberación de histamina por degranulación de los mastocitos, produciendo una prolongada y potente reacción inflamatoria.

Signos clínicos que causa el contacto con los pelos de la oruga procesionaria en mascotas

Desarrollan una dermatitis tóxico-irritativa, asemejándose a las reacciones alérgicas agudas.

La sintomatología es variada según las zonas de contacto afectadas, siendo lo más frecuente el contacto oral. En un primer momento están nerviosos, tienen prurito, se tocan la boca con las patas e hipersalivan, y a los pocos minutos, van desarrollando angioedema facial, glositis (inflamación de la lengua), estomatitis (inflamación de la boca), ránula (acúmulo de saliva en la glándula sublingual), vómitos y/o fiebre, y en los casos graves, pueden llegar a no poder cerrar la boca o presentar dificultad respiratoria por edema laríngeo.

Las lesiones locales se pueden estancar en una fase erosiva y posterior curación, o, en casos graves, progresar hacia la ulceración y necrosis del tejido afectado (ej. pérdida de partes de la lengua en los días siguientes al suceso), en función de la efectividad del tratamiento y el tiempo transcurrido desde el contacto. De ahí que sea de vital importancia acudir al veterinario cuanto antes.

La aspiración durante el olfateo, produce rinitis (inflamación de la cavidad nasal), y el contacto con los ojos puede dar blefaritis (inflamación de los párpados), queratitis (inflamación de la córnea), quemosis (hinchazón de la membrana conjuntiva causada por un edema), uveítis (inflamación de la úvea que comprende el iris, cuerpo ciliar y coroides), conjuntivitis (inflamación de la conjuntiva) y úlceras corneales.

Al contrario que en el caso de los humanos, las lesiones cutáneas son poco frecuentes.

Qué ocurre si mi mascota se come una oruga procesionaria

En el caso de ingerir la oruga, la situación es grave y el pronóstico es malo. Comenzarán con vómitos, pero con el paso del tiempo empezarán a desarrollar una respuesta inflamatoria sistémica, fiebre, convulsiones, coagulación intravascular diseminada, úlceras gastrointestinales y muerte.

Cómo saber si mi mascota ha entrado en contacto con una oruga procesionaria

Si no hemos presenciado el suceso, no hay ninguna prueba que nos permita distinguir entre el contacto con los pelos urticantes de la oruga o una reacción alérgica de diferente origen, es necesaria una buena anamnesis ambiental siendo la estacionalidad, así como los últimos lugares visitados por la mascota nuestras únicas pistas.

Inicialmente no se requieren analíticas generales u otras pruebas complementarias, exceptuando los casos moderados – graves que desarrollen alteraciones sistémicas (hepáticas, renales, coagulopatías) o respiratorias, o tengan posibilidad de hacerlo.

Tratamiento

El pronóstico y las secuelas de las lesiones dependen de la zona afectada, la intimidad del contacto y el intervalo de tiempo transcurrido entre la exposición y la intervención médica, que debería tener lugar antes de las 2 h de la exposición.

Los pacientes a menudo pueden requerir de hospitalización para ser monitorizados, administración de sueroterapia y el tratamiento específico intravenoso.

El tratamiento se basa en:

  • Tratar la reacción alérgica con antiinflamatorios (Metilprednisolona 2-10 mg/kg o Dexametasona5-2 mg/kg IM/IV) y antihistamínicos (Difenhidramina 1-4 mg/kg IM).

Si presentan disnea, también necesitarán oxigenoterapia y/o intubación. Si esto último no es posible, se realizará una traqueotomía.

  • Retirar los pelos y toxinas mediante lavados con agua templada, ya que el calor desactiva la toxina. Si se observan lesiones orales o podales, se puede usar clorhexidina diluida.

¡Nunca frotar! Si se rompen pelos aun presentes en la cavidad oral, se liberarán nuevas toxinas.

Con afecciones oculares se harán lavados copiosos con suero salino y con una presión baja para evitar edemas corneales. Lesiones graves pueden requerir de cirugías de reconstrucción corneal.

  • Antibioterapia para evitar infecciones secundarias en aquellos casos que presenten úlceras o necrosis, o se espera que lo hagan.
  • Analgésicos para reducir el dolor y antipiréticos si tienen fiebre.
  • Si aparecen signos digestivos, podrán necesitar protectores gástricos (famotidina, omeprazol o incluso sucralfato en casos específicos) y/o antieméticos (maropitant, metoclopramida).

Aquellos que presenten graves lesiones orales, necesitarán nutrición enteral mediante la colocación de tubos nasoesofágicos o tubos de esofagostomía.

Prevención: qué podemos hacer para evitar el contacto con la oruga

Reducir los paseos por zonas en las que haya presencia de orugas

La mejor medida a tomar, es reducir las condiciones de exposición frecuentes, como son los paseos en temporadas y zonas por donde las orugas están presentes.

Retirar sus nidos

Además, otra medida es luchar directamente contra ellos retirando los nidos de las zonas comunes de tránsito de las personas y nuestras mascotas, labor que recae en los servicios contratados por los municipios encargados del mantenimiento de las zonas públicas.

En el caso de que haya nidos en nuestras propiedades, habrá que retirarlos para sanear los pinos, al ser la segunda causa de desaparición después de la deforestación por incendios. En el caso de que se opte por la retirada por nosotros mismos en vez de por profesionales, deberemos protegernos los ojos y las manos, evitar que caigan al suelo de forma brusca y no hacerlo durante los días de viento para minimizar el desprendimiento de los pelos. Por último, habrá que quemarlos.

Uso de insecticidas

Otras opciones son la lucha química mediante insecticidas (diflubenzuron, triclofon al 5%, piretrinas), uso de feromonas que atraen a los machos hasta una trampa con el fin de evitar la cópula, y en algunos países, han tenido buenos resultados la infección de las orugas con la bacteria Bacillus thuringensis, la cual produce una toxina mortal para la procesionaria.

Si vemos una fila de orugas de procesionaria, lo mejor es rociarlas con alcohol y quemarlas. Si se pisan o se fumigan con insecticida, sueltan los pelos urticantes al aire, pudiéndonos afectar a nosotros mismos apareciendo ronchas en cuello y brazos sin siquiera tocarlas. Además, las sustancias tóxicas se extienden y siguen activas, pudiendo afectar a animales que las pisen.

Ahora ya conoces más sobre este peligroso insecto y la amenaza que representa para la salud y bienestar de nuestras mascotas, así como para los niños y otras personas en general.

Esperamos que este artículo te sea de utilidad para prevenir el contacto de tu compañero peludo con ella y poder actuar rápidamente ante esta amenaza frente a la cual hemos de tener mucho cuidado.

Hospital Veterinario Tres Cantos 24 horas, urgencias y atención veterinaria de referencia en Madrid

Si crees que tu mascota ha entrado en contacto con este insecto, es vital que actúes lo antes posible acudiendo a un veterinario que le brinde un rápido tratamiento.

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